UN AUMENTO POR DECRETO Y CON SABOR A POCO
La suerte de los y las trabajadoras sigue atada a una deuda ilegítima y
fraudulenta
El
gobierno dispuso $3.000 a cobrar en marzo y $1.000 en abril a cuenta de una
reapertura de la paritaria.
Los sindicatos docentes y estatales comenzaron la negociación paritaria con
el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
La propuesta inicial del 14 de febrero, fue de $1500 para el recupero del
salario en el 2019 y $1500 a cuenta de la paritaria que se reabrirá en abril.
Esta reapertura, también es parte de la negociación.
Luego de rechazar la propuesta inicial del 14 de febrero, los sindicatos
estatales volvieron a reunirse con el Ministerio de trabajo de la provincia el
17 de febrero, esperando que el gobierno mejore la propuesta. En esta segunda
instancia, el gobierno ofreció $500 más para el recupero 2019, en dos tramos;
$1000 en enero y $1000 en febrero, es decir, $2000 a cobrar en marzo. En cuanto
a la mejora de la paritaria 2020, se ofreció: $2000 a pagar en abril, o la
opción del 7% de aumento al básico de los estatales de la provincia de buenos
Aires (ley 10.430).
No cabe duda que la mejora está muy lejos de las necesidades de los
trabajadores estatales, más aún, la opción del 7% al básico.
Tras el segundo rechazo, se propuso un cuarto intermedio para el día
siguiente (martes 18) a las 9.30hs.
Desde ATE Provincia se planteó el rechazo a la propuesta del gobierno
aduciendo lo insuficiente del mismo y reclamando el retroactivo a enero para la
recomposición de 2019.
El tercer encuentro paritario del martes 18 de febrero, no tuvo resultados
diferentes, no podía ser menos tras el ofrecimiento de $2700 para el recupero
del 2019, $700 más a lo ofrecido en segunda instancia.
Tras esta última reunión, el gobierno toma la decisión de aumentar por
decreto $4000 al sueldo de los trabajadores de la 10.430 a cuenta de una
próxima reapertura de la paritaria.
Cabe destacar que, teniendo en cuenta que el aumento de Vidal a los
estatales de provincia en 2019 fue del 20% en cuotas que recién se terminan de
pagar y que la inflación que dejó Cambiemos llegó a ser la más alta de los
últimos 28 años, llegando al 54%, solo con esas dos variables estamos hablando
de un atraso (solo en ese año) del 35% en nuestros salarios. Y sin contabilizar
la escalada del dólar que lo hundió aún más. Por otro lado el REM (relevamiento
de expectativas de mercados) que hace poco realizó el Banco Central a comienzos
de este año pronostica para este año más del 42% de inflación.
Está claro que el gobierno actual se encontró con un escenario por demás
desfavorable, y que eso implica la necesidad de tiempo para ir resolviendo los
enormes problemas heredados.
Pero también está claro que estos son momentos decisivos para la toma de
decisiones de fondo que permitan torcer realmente el rumbo de las políticas que
solo favorecen a bancos, especuladores y grandes monopolios, entre otros, hacia
la recomposición de los derechos más básicos de las clases populares y el más
elemental combate contra el hambre.
Hasta ahora, a todas luces se vislumbra una decisión política de pagar a
los acreedores de la deuda en detrimento de los derechos del pueblo, como la
recomposición de los sueldos de los estatales. Si no, como explicar las migajas
que ofrece un gobierno que en su momento, desde el rol de opositor,
diagnosticada una crisis sin precedentes en los bolsillos de los trabajadores.
El pago de la deuda ha sido siempre en detrimento de las condiciones de
vida del pueblo, que una vez más, evitará la cesación de pago con su esfuerzo y
con su bolsillo.
Es necesario que los y las trabajadoras tomemos posición activa en estas
discusiones y no esperemos pasivamente que las cosas se resuelvan en nuestro
favor sin nuestro protagonismo.
Salgamos a expresar lo que pensamos en cada encuentro entre laburantes para
ser partícipes activos del cambio de rumbo en la situación de la clase
trabajadora.