PILAR MOLINA
Licenciada en Ciencias Políticas y fanática de las selfies junto a la gobernadora VIDAL, la máxima autoridad del ORGANISMO PROVINCIAL DE NIÑEZ Y ADOLESCENCIA DE BUENOS AIRES es una pieza importante en este engranaje de ajuste y persecución hacia las y los trabajadores que se ha dado en llamar "CAMBIEMOS". Reuniones en bares, policías en las instituciones, listas negras, fotos a las patentes de los autos de los trabajadores son ejemplos “poco claros” sobre el cómo preceder desde el gobierno.
Durante el transcurso de su gestión, María Pilar Molina se caracterizó por atacar las organizaciones y evitar los encuentros con los trabajadores, contrariamente a lo que expresa en su discurso en las redes sociales.
En
más de una ocasión, los laburantes de la Niñez padecimos sus manejos
arbitrarios, desplantes y sus delegaciones a funcionarios de tercer o cuarto
orden para que resuelvan reuniones sin competencia ni capacidad de firma alguna
que permita obtener avances concretos en los distintos conflictos.
Sin
ir más lejos, en diciembre de 2016, trabajadores nucleados en ATE Sur junto a
otras organizaciones nos movilizamos a la principal sede porteña del Banco
Provincia, donde conseguimos una reunión con el sector de Niñez de Desarrollo
Social para la semana siguiente.
En
dicha jornada, no solo no encontramos ningún funcionario, sino que nos topamos
con un riguroso operativo policial preocupado por los movimientos de los
compañeros. Ante la insistencia y el espíritu de lucha de los laburantes, se
comprometieron a recibirnos en una especie de bunker de Registro de Automotores
varias horas después, cuando el compromiso tenía lugar y horario preacordado. Y
cuando arribamos al lugar no se encontraba Pilar Molina, así como tampoco
ninguna autoridad de Desarrollo Social. Solo un asesor llamado Martiniano
Ferrer, incapaz de tomar decisiones y que se encargó de lanzar provocaciones de
todo tipo.
Para
reafirmar que estas actitudes forman parte de su naturaleza política, basta con
invocar un caso de meses anteriores, en el que no solo modificaba fecha y lugar
a medida que se acercaba la reunión pactada, sino que además jugó a generar
incertidumbre en dirigentes de ATE Provincia y de ATE Sur-Lomas de Zamora, al
no confirmarles hasta los últimos minutos donde se iba a llevar a cabo dicho
encuentro, para luego recibirlos en uno de los tantos bares del centro porteño,
y dirigirse como tantas otras veces en un tono provocador y nada conciliador.
En
sintonía con la gobernadora Vidal en la idea de quebrar organizaciones, Molina recibió
con entusiasmo (aduciendo no ser quien impartió la orden…) un informe de la intervención
del CREU de Lomas de Zamora elaborado por el director de ese entonces, en el
que se planteaba que era imposible ejecutar las decisiones ya que “todo se
discutía en asamblea de trabajadores”, constituyendo de esa manera una clara
práctica antisindical.
El
mencionado informe fue el puntapié inicial para la realización de la famosa
resolución N°15/16 protagonizada por la propia Pilar Molina, en la que intenta
trasladar de modo compulsivo a varios compañeros activistas, coordinadores
votados por los trabajadores y ex delegados del CREU nucleados en ATE Sur, bajo
el estéril fundamento de "razones de servicio" y "reordenamiento
de recursos humanos", carente de consistencia y violatorio de las leyes
sindicales de nuestro país.
A
partir de allí se suscitaron varios episodios de suma gravedad en la puerta del
CREU, en función de una lista en poder del servicio de policía adicional,
firmada por la dirección y con la venia del Organismo, que "invitaba"
a los oficiales a no permitir el ingreso a la institución a los compañeros
afectados bajo la resolución. No obstante, con la fuerza de la unidad, los
trabajadores logramos sortear el obstáculo en reiteradas ocasiones.
No
conforme con el mencionado accionar, en el último tiempo se siguieron
suscitando hechos de extrema gravedad, como la militarización de los distintos
dispositivos de Niñez ya en toda la provincia, y una presencia cada vez más
activa del personal policial, adjudicándose tareas que nos recuerdan a períodos
nefastos de nuestra historia, haciendo listados de ingreso y egreso de
trabajadores, patentes de los autos, y tomando fotografías de laburantes en las
movilizaciones en la puerta del CREU de Lomas por ejemplo.
De
esta forma, y a partir de estas conductas persecutorias e intimidatorias, la
licenciada Pilar Molina pretende disciplinar a los laburantes de Niñez y
acallar las voces de los que luchan día a día por los derechos de los
trabajadores y los pibes, preparando el terreno para profundizar el ajuste en el
sector, y transformar a las instituciones en meros depósitos de jóvenes donde
solo reine una política punitiva y de cárcel, en contraposición al discurso
inclusivo que profesa cínicamente en las redes sociales.