Ahora, como ayer, las trabajadoras argentinas reivindicamos un 8 de marzo de lucha y salimos a la calle para denunciar que en todo el planeta, el capitalismo patriarcal intenta destruir nuestras conquistas, desconocer nuestros derechos y avasallar las libertades, y también salimos para saludar la resistencia obrera y popular que empieza a haber en Grecia, Francia, España y en América Latina en la que las trabajadoras y las jóvenes, cumplen un rol fundamental para que la crisis no sea descargada sobre sus espaldas.
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